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ANTONIO BARCELÓ GÓMEZ

COMENTARIO A MI HOMENAJE

En el dilatado tiempo vivido, es la primera vez que he tenido que decir algo en publico, lo he tenido que pensar y escribir, espero haber quedado a la altura. Aquí está mi discurso de jubilación:

"Bueno ahora me toca a mi, no es lo mío hablar, pero como estamos en familia, espero me perdonéis los fallos que pueda cometer.

De ninguna manera me siento acreedor a que se me agasaje con nada, durante mis 47 años y 22 días de trabajo solo me he esforzado con cumplir con mi deber por encima de todo, porque he sentido que la empresas eran mías, que no es lo mismo pensar que yo fuera el dueño, o sea son dos cosas distintas. He considerado la empresa como mía, porque el único patrimonio que he tenido ha sido mi trabajo y si no lo realizaba en la empresa de turno, pues ya me podría dar con un canto en los dientes.

Cuando a mis 55 años después de haber estado 36 años en otra empresa nunca creí que trabajaría más, pero mira por donde mi buen amigo Juan Moreno me puso en contacto con Joaquín, un viernes de dolores, cuando vi. a Joaquín y después a Mariani, que bien podían ser mis hijos, me quedé un poco confundido, como podían confiar en mi y mas cuando el trabajo que iba a realizar ni yo mismo me veía con actitud para hacerlo, pero el jefe confió en mí y aquí estamos: cortándome la coleta.

Los mejores años de mi vida laboral los he pasado en la empresa Joaquín Palacín, s.a. Joaquín y Mariani me han tratado como si yo hubiera sido de su familia, digo de su familia porque al jefe hay que entenderlo y aguantarlo. Mariani ha sido como mi hija, digo mas ha sido como mis tres hijas juntas. Y mis compañeros, Luis un hombre integro todos los calificativos se encierran en esos, y el resto de compañeros estupendos, siempre les agradeceré el trato que me han d de cordialidad y amistad.

Agradezco a mis amigos que estén con nosotros, pues mas que compañeros de trabajo, que fueron en su día, siempre hemos tenido una buena amistad, Juan Moreno, siempre ha estado al corte para ayudarme, amigo desde nuestra niñez, Paco Bordés, le diría el “loco de la colina”, de un salto se ponía encima de mi mesa en la antigua empresa y Juan Candelas, generoso en todos los sentidos, incluso mandándome clientes amigos suyos para que lo atendiéramos en nuestra empresa, ¡gracias amigos!

A mi familia aquí presente agradecerle el respeto que me han tenido y que espero me sigan teniendo, y que coste que no soy el “padrino”.

Por ultimo quiero pedir perdón por cualquier cosa que haya podido hacer para molestaros. Y agradeceros a todo de corazón el buen rato que estoy pasando.

Nunca olvidaré esto. Gracias"

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